lunes, 19 de noviembre de 2007

Una de celular

ESTÁBAMOS en una terraza aproximadamente 15 personas. Iba a ser una fiesta. Yo había invitado a otras personas que por esos motivos como a) se me quedó el auto b) me siento mal c) no encuentro la guía T que me indique como ir, etc, no fueron. Pero hubo uno que sí quiso venir y creo que no lo dejé. En realidad no es que no lo dejé, sino que no daba, éramos pocos y si venía solo iba a tener que darle charla toda la noche. No me miren así, estas cosas pasan cuando, bueno, esas cosas pasan y punto. La cosa es que le dije por mensaje "a la fiesta le faltan 40 personas". Enviado. Mi celular tiene la particularidad de que el mensaje recién enviado queda en la pantalla, como si quisiera mostrarte lo que acabás de hacer. Bueno yo me fui, polulé, no sé. Una amiga ve al rato la luz roja de mi aparato que indica que algo está pasando, lo abre y me dice: Che lu, y a continuación lee en voz alta: "A LA FIESTA LE FALTAN 40 PERSONAS". Sí, ya lo sabíamos todos, lo estábamos viendo, pero ¿qué neesidad de decirlo en voz alta? Por otro lado, como pocas personas conocen ese detalle del funcionamiento de mis mensajes de celular, lo más "obvio" era que alguien de adentro de la "fiesta" me había hecho ese comentario que accidentalmente había sido leído en voz alta. Es decir, no había forma de que alguien de afuera me hubiese enviado ese mensaje ya que sólo los de adentro podrían haber sabido si le faltaba o le sobraba gente al evento.
Basta.

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