Los tipos fueron y vinieron, algunas veces ayudé, me llamaba la atención no tener que estar preocupada por la puerta, la gata no está, no puede escaparse.
Me subí a la parte de adelante de la camioneta y a penas cerré la puerta ahí nomás el chofer arremató contra los "peruanos que viven a la vuelta" y otras etnias macabras que sólo quieren atacarnos. La parte jugosa fue cuando adelantó un "uno nunca sabe cómo va a reaccionar". Tuve miedo por lo que venía. Y vino. El tipo siguió, aunque yo miraba para el costado y trataba de pensar en otra cosa. "Una vuelta tuve que matarlo, viste, con una masa así, ya para cuando llegó la ambulancia estaba muerto, pero la ambulancia no lo vio, lo pisó, y por eso el cana me dejó libre, me dijo, safaste pibe, andá".
La pregunta es: ¿por qué me cuentan estas cosas a mí?
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