Se subió unas paradas después que yo. Tenía el pelo de recién-me-baño. Se quedó parado al lado mío. Jugamos a tocarnos cuando el coso frenaba y doblaba, y sutilmente apoyaba el brazo que agarraba el cuchuflete amarillo en mi brazo. Yo lo veía mirarme. Él me veía a mí mirarlo. Casi que no cruzábamos miradas, pero estaba en el aire: había algo.
De golpe una mujer de dedo vendado se levantó y me dejó un espacio, quedando él de espaldas a mí. Casi podría decir que se dejó caer sobre mí, y aunque yo venía muy sudada y con el pelo graso, no me importó percibir la temperatura de su espalda. No sé si a propósito, me pisó varias veces. Pero era un pisado caricia, no había peso, sólo tocarse.
- ¿Y qué pasó?
- Te estoy diciendo, había algo. Y no podía no hacer nada, y le pregunté si se bajaba dentro de mucho, sonrió y dijo: no, y entonces le presté un auricular
- ¿Del ipod?
- Sí, del ipod. ¿Bueno te cuento?
- Sisi dale
- Y nada, ahora estoy chateando desde el jacusi.
- ¿¡JACUSI!?
- Sí, desde la laptop. Èl duerme y yo lo miro dormir.
- Me estás cargando.
- Sí.
- ¿Qué de todo esto es verdad?
- Sólo esto: "Se subió unas paradas después que yo. Tenía el pelo de recién-me-baño."
- ¿Y qué pasó?
- Nada, qué va a pasar.
5 comentarios:
que lástima!
El lector: ¡Lo que acabo de leer es sublime!
La autora (visiblemente sonrojada; bah, siempre está medio anaranjada así que es masomeno lo mismo): Ay, por favor, me podés tutear...
El lector: ¡Lo que acabo de leer es tublime!
quién escribió y suprimió¿?
QUÉ ONDA
He sido yo, confiésolo; ante la imposibilidad de editar, tuve que borrar, puesto que había cometido un error tipográfico. Sí, soy perfeccionista, ¿y?
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