La Tía, Celeste y yo estábamos recorriendo los 2 metros cuadrados del Kiosco de al lado de lo de Ezequiel. Mirábamos los estantes coloridos y repletos de azúcar. La Tía quería un chocolate, Celeste unas pastillas de menta.. y yo no me decidía. Celeste me dijo: Me debés 3 pesos. Yo le dije: cobrátelos. Le pagué las pastillas, y me decidí por unos sugus max de frutilla. Los agarré, ingenua, los tomé en mi mano.
Había un sugus con un injerto que oficiaba de pene rosa en uno de sus laterales.
Quiero aclarar que no se trataba de una parte del sugus que se había derretido y por esas casualidades de la vida había llegado a ser el pene del caramelo. Había intervenido una mente macabra y sexópata de algún amiguito del kiosquero.
3 comentarios:
http://teatergromada.dk/default.asp?SiteID=12
Esta es la versión danesa del Sr. Rafaldi, ¡y encima también es actor!
eeee lucianaaaaa opino que tenes la idea fijaaa y ves willys en todos lados!!! jajaja
Debbie no tengo la idea pija,
LO JURO fue a propósito!
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