viernes, 29 de junio de 2007

Turquía

Hoy entre copas recordamos aquella escena ocurrida años atrás, luego de una jornada al aire libre, bajo los efectos de la dieta vegetariana, cuando yo, desde la cama marinera de arriba, sin suponer que algo así podría ocurrir, me vi imposibilitada de contener un breve y capcioso flato, el cual inquieto, atravesó el colchón generandole un microclima a la tía, la cual comenzó a gritar Me estás matando, y luego yo dije entre risotadas callate que va a venir mae, y así fue, mae apareció repentinamente en la oscuridad, intentamos alertarlo y prevenirlo mae no entres entre risas, y mae entró y mientras se acercaba dijo: Quédense tranquilas no las voy a ... a percibir.. con ninguno de mis sentidos...
Es necesario aclarar que el señor mae alega no haber sentido nada, pero La tía levanta el dedo y sugiere: es imposible no haber sentido nada.
Yo por mi parte me defiendo y llamo a todas aquellas jóvenes que, víctimas de una estricta dieta, sufran de meteorismos.

1 comentario:

Mariano Duna dijo...

Mae me pidió que comentara lo siguiente:
"Cuando ingresé a la mentada habitación, pensé que las jóvenes damas se encontrarían sueltas de ropas -por no decir desnudas, seguramente luego de haber participado en una tradicional contienda de guerra de almohadas, oh, sí, de sólo pensarlo...-, y fue por esto que dije lo que dije -"no voy a percibirlas con ninguno de mis sentidos"-, queriendo decir "no las voy a ver, chichas, si están desnudas, si uno de sus senos están al aire -por no decir los dos, oh, sí, de sólo pensarlo...-"

El relato de Mae termina ahí, por suerte, pero yo tengo otra reflexión: ¿por qué Mae dijo lo que dijo en lugar de decir "quédense tranquilas, chicas, no las voy a ver". Pues porque Mae prefiere adornos barrocos (adornos barrocos y corpiños fucsias, esas cosas lo vuelven locos), y habla así, abarrocadamente.

O también ocurrió algo más, y es que Mae venía de otra habitación, habitación en la cual un sujeto -llamemoslo La Mors*- también había experimentado con nuevas posibles fragancias para glade, y tal vez Mae pensó que el olor de esa habitación lo seguía, y no se dio cuenta de que al menos una de las jovenes damas en cuestión había incursionado en meteorismos que matarían a dinosaurios (porque, como nos gusta creer, las mujeres no hacen caca, simplemente pelean con almohadas, oh sí, ya me imagino...)