martes, 13 de noviembre de 2007

Just one

No tantas veces uno respira profundo y dice: BUENO DALE, ES LA ÚLTIMA. ¿O sí? Ponele, la última serie de abdominales, la última planilla que hay que completar, la última copa en una noche desenfrenada, el último acostón con un amante, el último mimo a un gato desquiciado, la última foto grupal en la que estás muy incómodo y se siguen agregando personas y ya nadie entra y es inútil seguir sonriendo, el último local de ropa en una jornada de dale te acompaño a probarte a esa amiga que se prueba todo y no le gusta nada, bueno en fin. Al final nos pasamos diciendo dale es la última. Así que esto no es tan excepcional ni tan ni muy ni wow ni nada.

3 comentarios:

Javier dijo...

Esto es una despedida? Se muere el blog? Justo ahora que estaba apilando mis anecdotas escatologicas para descargarlas aqui. Yo los tengo en mi barra de marcadores del Firefox, snif...

Igual, convengamos que muchas veces esa "ultima vez" de algo, la hacemos de mas, sobra, y despues el error se nos cae encima.

Anónimo dijo...

La negación también juega acá un papel importante. Dejate de joder, como no le vas a dar la trascendencia que tiene el TERMINARRR para empezar, de nuevo.
Exitos amiga Licenciada.

Mariano Duna dijo...

Lucienciada: las últimas veces son problemáticas como las primeras. ¡Vivan las veces del medio! Veces como fiambre de un sánguche; veces ricas, que hacen a la cosa, que no se diluyen en los tejes y manejes de un pan que puede ser lactal, francés, de salvado...
Ni inicios ni clausuras: ¡aguanten los medios días, los terceros, cuartos y quintos grados!
Aunque, ojo, no tanto, porque eso de no concretar, no finiquitar ni cerrar los asuntos es propio de obsesivos. ¿Es así? Lo leí ayer en el horóscopo.