lunes, 2 de julio de 2007

Vergüenza ajena

Tiempo atrás, habíamos arreglado que nos encontrábamos en aquella fiesta, nos vemos ahí, dijimos los dos como si no nos importara mucho.
Las primeras dos horas y media que transité entre las mesas y la gente me dediqué a buscarte, ¿Buscarte? Ahora suena como... tan importante.. Bueno. No estabas. Claramente no estabas, y mi amigo se quedaba dormido sobre la mesa. Nos fuimos.
En ese preciso momento en donde me derretía de sueño adentro de la cama que empezaba a entibiarse, suena mi celular. Atiendo automáticamente, aunque sin entender qué hora era y quién podría estar llamando:
- Hola?
- Hola... dónde estás?
- Eh.. , ¿Vos dónde estás?
- Estoy en la fiesta... no te ví...
- Mmm pero si yo estuve hasta recién
- Es que estaba en el bar de al lado
- Ah... bueno - y en este momento falla alguna función yoica que me lleva a decir:- voy para allá

¿?

Moraleja
No mamita. No salgas a las 3.30 de la mañana disparada a una fiesta de la que ya te habías ido.

La espontaneidad y la libertad de acción en un contexto inadecuado puede generar muchos sentimientos, pero sobre todo, vergüenza ajena.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

valio la pena vovler a la fiesta? eso queremos saberrrr!! el publico aclama detalles jugosos!!
eeee quiero la continuacion dela historia!!

Lulu dijo...

Ahh.. esos detalles te los tendré que contar personalmente..

Anónimo dijo...

Exactamente: no hay que volver, hay que hacerse rogar aunque una, después de haber dicho que no, no pueda dormir pensando cada dos segundos si no sería mejor ir a la fiesta, y aunque nos arrepintamos toda la vida de no haber ido.

Anónimo dijo...

Roberta,
creo que tu opinión fue acertada, ya que siempre es preferible quedarse con la fantasía de lo mejor que hubiese pasado a enfrentarse con la cruel realidad. El pibe era un zapato.

Rogelio Ferreyra dijo...

Tengo tantas opiniones cruzadas sobre el contenido del post y los comentarios... que mejor me remito a lo último: por una cuestión de personalidad, prefiero no quedarme fantaseando con alguien que en realidad es un zapato.
Al final de la semana, me siento mejor habiendo perdido una noche de sueño y sabiendo que yo mi parte la hice, y que ahi no hay nada mas que buscar o esperar.

Anónimo dijo...

Eo, Rogelio! Tanto tiempo.
Yo lo decía irónicamente.
Por lo demás, estoy de acuerdo con vos.
Y con LLL también: creo que hiciste bien en ir a la fiesta, ahora sabés que el pibe no vale la pena y ya no te desvelará.