
Cada vez que voy a su casa ella me ofrece un café, lo cual resulta bastante amable de su parte. Sin embargo, a mí, me gusta el café con mucha leche, quien dice leche con café, dice lágrima.
Nunca llegaré a comprender por qué, conociendo mis prácticas y costumbres, insiste en que sea yo quien termine el sachet lácteo. Cada vez, soy yo quien exprime el cartón para obtener la gota final. Y yo, sólo veo en esa cocina la imagen de una familia triste, que desayuna sin leche, por mi culpa.
Moraleja
Me veo muy mal en joggin gris,el atuendo deportivo no me sienta para nada- no, no soy la spice girl deportiva.
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