Llega al encuentro de amigos sin imaginarse nada de lo que esa noche llegaría a ocurrir. Se quita el abrigo, charla, hasta ríe. Come asado, se escarba unos pequeños hilos de carne entre las muelas, toma alcohol. Llega el momento de la torta: Sin embargo, no hay una torta sino dos. Come la más codiciada por el público, y la disfruta. Minutos después alguien hace un comentario:
- Che loco comamos la otra torta que la hizo la mamá de J.
¿Y qué se supone que iba a hacer? ¿Rechazar la torta que había hecho la mamá de J? Aún cuando su pequeño estómago le indicaba que ya era suficiente alimento, no podía rechazar esa porción acercada por su amiga. Claro que no. Quedaría muy mal delante de todos.
Mientras comienzan a probarla, alguien advierte que sabe a pintura. Minutos más tarde alguien reconoce que más que pintura, parecería poxirrán. Segundos más tarde otra persona recuerda que en la casa de J habían estado colocando una alfombra y que, probablemente, el olor se impregnó en la torta.
Va a bailar a una fiesta por san telmo. Se menea y no deja de eructar con sabor a poxirrán.
Moraleja
La influencia social no siempre tiene buenos resultados. La tía anda vomitiva e intoxicada loco. No da.
3 comentarios:
A joderse por no saber usar el agradecimiento "por todo lo que ya me dieron" contra la culpa de "como voy a rechazar esto".
Jodido!!!
Quizas se confundio y le metio poxi poxi (la copia que conseguis en once de poxiran que aspiran lo pibeee)
Franco de montreuil.
que turbio...yo una vez comi torta con gusto a quitaesmaltes...fue el unico cumpleañso en q miama no hizo la torta por fiac ay la compro hecha y no funciono...fuentes oficiales dijeron q "se les habia pasado el almibar" mmmmmmmm raro...
Publicar un comentario