domingo, 9 de septiembre de 2007

Intenso

Es rarísimo. Entre la multitud que se agita en una noche de calor, hay muchas historias que me ponen triste. Desencuentros y robots que se sacan chispas. Pienso en las infinitas definiciones del amor, en lo que todos y cada uno busca, y en lo que no se encuentra. Lo que yo no encuentro, lo que ella no encuentra, lo que ellos tampoco están encontrando. Ah, a ver pará, parece que sí... dejame ver, ¿Ahí? ah no. No, no lo encuentran.
Me pone más triste todavía cuando espío por la terraza y veo pasar a alguien que camina, solo. Quizás es una tendencia a pensar siempre algo así, de lo peor, que me impide imaginarme otra cosa, qué se yo, cualquier cosa, lo que se te ocurra, que el tipo salió a tomar aire porque no puede creer que acaba de ser papá, o algo así.
Después me doy cuenta que no sólo estamos rodeados de definiciones diferentes, sino también de algunas definiciones en común. Y miro al rededor y esa gente que se agita es gente con la que vibro, no todos, claro. Un par. Los agarro y me quedo cerca, porque me hacen bien. Como seba dijo la otra vez, la gente linda al final se encuentra.

1 comentario:

La otra parte de mí dijo...

a veces siento que somos muchos,todos juntos,unidos por el concepto de humanidad,caminando hacia alguna parte...pero estamos solos,muy solos,en la soledad de la individualidad,de lo particular.