domingo, 5 de agosto de 2007

Reunión

Yo los miraba desde mi ventana hace ya unos minutos. Eran 4 o 5, no podía definirlo desde tan lejos. Casi que llovía y el viento que soplaba, movía las cortinas de mi ventana. Me dolía la espalda de estar inclinada hacia adelante, con los codos apoyados en el marco de madera. Los miré reir un buen rato. Estaban jugando algo con cartas de colores, pero no pude entender qué. Me hubiese gustado estar allí, ser parte de sus chistes y que me miraran mirar. Creo que en un momento el juego acabó cuando uno de ellos festejó y los demás miraron fulminantes a una de las jugadoras.
Al rato se me cansaron los codos. La noche estaba fría y subí la estufa. Apagué las luces y me fui a dormir. Una vez en la cama, escuchaba sus risas y me sentí chiquita, quedándome dormida mientras hablaban los adultos.

Moraleja: no bajar las escaleras con medias, pues quién sabe (y no lo digo porque me haya pasado a mi) podrías terminar en el piso, rompiendo tazas ajenas y con un moretón en la cintura con forma de U.

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