jueves, 2 de agosto de 2007

Van naciendo los dálmatas

Holanda estaba del otro lado del vidrio, asegurándose de que nadie se entere de lo que estábamos haciendo las otras del lado de adentro. La perra lloraba, supongo de alegría. Estaba acostada en el piso del balcón. Las chicas y yo, tratábamos de ayudarla, pero como no hablamos su idioma, no entendíamos muy bien qué necesitaba. Una toalla caliente, rápido, dijo alguna de nosotras y Holanda corrió a buscarla. Son 35, y ahora 36 Holanda!, son cada vez más dije, mientras me abría la campera negra de rayas amarillas y le mostraba los cachorros a mi hermana que lloraban en mi pecho.
Más tarde anocheció y el frío nos obligó a dejar los inventos en las vías del tren. No había más estatuas para representar. Así que pusimos a dormir en una canasta a los cachorros y la abuela se sentó en su cama, como siempre, y nos contó un cuento.
Nos fuimos antes de que llegaran los dueños de casa, no queríamos que nos vieran así. Regresamos por la madrugada.

Moraleja: averiguar el horario en que cierra la cgp de tu barrio antes de ir a buscar el dni.

1 comentario:

La tía dijo...

Querida sobina: Espero que todo esto haya sido un sueño. Si no... oh dios.. si no...