lunes, 20 de agosto de 2007

Ser mujer

Lo ví mientras miraba. Sí, lo sé, es terrible. Pero lo ví. Me descubrió mirando y se murió de la vergüenza, encorvándose en un gesto casi de Yoga, con las manos tocándose las pantorrillas. Lo ví mientras miraba, venía diciendo, y no es que no me daba cuenta. ¿Y qué miraba? Te preguntarás ya irritado por mi insistencia. No importa qué miraba. Lo importante es que quería sumergirse, volverse espuma, meterse adentro. Cuando terminó de mirar suspiró como indefenso, y me dijo: "podría pasar allí un día, y aún así no me aburriría".

Yo miraba intrigada, qué de lo que mira está mirando, qué mira con esa cara de ternero, de cochinillo de 20 días alimentado solamente con leche, abierto de patas sobre la mesa de un restaurant.
Moraleja
Los masajes son un camino de ida, un ticket sin retorno,

3 comentarios:

Javier dijo...

Estaba mirando un escoooote

Martin Ivan dijo...

Lo pedis, lo tenes...

Rogelio Ferreyra dijo...

Si, los masajes son un caminos sin retorno.
Sobre todo estos:
http://www.igooh.com.ar
/Nota.aspx?IdNota=10593